Los días 28 y 29 de julio fueron “los días de inauguración” del vivero y granja Los Olivos en el distrito del cono norte de Lima: Los Olivos, actividad impulsada por la comuna olivense, a través de su alcalde Felipe Castillo Oliva, quien invitó a los vecinos del distrito y aledaños a visitar y participar de las bondades de este espacio rural, de sano esparcimiento familiar para niños y adultos.
Desde las 9 de la mañana, los padres de familia, los abuelos y los engreídos del hogar ingresaron a este espacio, similar a un mini zoológico. El acceso era a través de una rampa por cuyo camino descendente de trocha se ingresaba a la granja vivero Los Olivos. En el trayecto de ingreso habían dispuesto en fila y ordenados al lado derecho del camino unos seis maceteros decorativos hechos de madera con formas de animales: venados, caballos, jirafas; los cuales contenían sus respectivas plantas.
Maceteros decorativos |
Como primera parada y estación de bienvenida se había instalado un asiento grande hecho de paja, escoltado a ambos lados por esculturas de tamaño natural, con forma de una vaca en un lado y con forma de una oveja al otro lado; estas esculturas estaban hechas de material reciclado según afirmó el personal del vivero granja.
Esculturas de vaca y oveja hechas de material reciclado |
En el ingreso a este espacio natural, está ubicado estratégicamente en la parte central, la escultura de un burro de tamaño natural y este jala una carreta. Esta carreta que está hecha de madera contiene una cantidad significativa de maceteros decorativos con sus respectivas plantas. Sólo a medio metro atrás de esta carreta habían instalado otra carreta de madera, la cual contenía variadas macetas con sus plantitas como para distraer la vista admirándolas.
Esos días feriados de Fiestas Patrias, el personal de atención de la granja vivero Los Olivos organizaron talleres creativos, de pintura y decoración para los pequeños.
Así, en una mesa larga con sus respectivas sillas de madera, se habían dispuesto y organizado los materiales: hojas bond, colores, témperas, macetas listas para ser decoradas, etc. Los pequeños participaron activamente acompañados de sus padres, mientras la profesora les daba las indicaciones.
Al término del taller, los pequeños, satisfechos y alegres por el trabajo realizado, se llevaban de grato recuerdo el dibujo que habían efectuado o su macetita debidamente decorada. Sin duda, ese era el premio a su esfuerzo y dedicación.
Mientras tanto, el recorrido por esta granja vivero Los Olivos continua. Se avanza sólo unos pocos metros por un sendero de trocha y se encuentra el establo del caballo, es un único ejemplar. El caballo hace su movimiento con su cabeza como rehuyendo la mirada de sus observadores, somos como cuatro personas quienes estamos apreciándolo. Su caballeriza será alrededor de 12 m2, el establo lo han delimitado con palos de madera, troncos delgados; el techo esta hecho de carrizo, y hojas como palmas que servirán para protegerlo del sol y de la lluvia. Al lado del camino de tránsito de visitantes han sembrado plantas diversas que le permiten al caballo gozar de cierta privacidad y para los visitantes es un espacio de encuentro con la naturaleza.
Siguiendo el recorrido, al lado del camino de trocha, el visitante se topa con una laguna artificial bordeada con muchas plantas. En este hábitat, creado de forma artificial hay dos patos blancos disfrutando la estancia; uno de ellos bebe agua, el otro duerme a la orilla de la laguna.
Al lado opuesto de esta laguna, han instalado una caída de agua sobre una construcción pétrea. Ahí la caída de agua discurre hasta proveer de agua a un pequeño estanque, en este flotan y se asientan las dos tortugas Taricaya para deleite de la vista. La afluencia de agua proveniente de la caída de agua (aquella que se asemeja a una pequeña catarata) se conecta con el agua de la laguna artificial por una conexión interna que presumiblemente han hecho debajo del camino de trocha que las separa.
El avistamiento y disfrute de la compañía de los animales de granja contempla otra parada más: el corral de los gansos y las gallinas. Los dos gansos y las seis gallinas comparten una jaula de aproximadamente 12 m2. Cuando les observamos, los gansos hacían fuerte ruido con sus picos, como para llamar la atención, pues estaban apostados en el lado del corral más alejado del público; mientras que las gallinas se habían acurrucado todas juntas en un rincón de la gran jaula, como abrigándose y escondiéndose del público.
Un poco más a la izquierda de esta parada, se encontraba el corral de los patos, son como 30 patos. Se había dispuesto un pequeño estanque de poca profundidad en el centro del corral, al cual acudían los patos a beber agua y mojarse, estirarse extendiendo sus alas.
La siguiente parada, igualmente caminando hacia la izquierda es la del becerro, es un único ejemplar y tiene su pelaje blanco con manchas negras. Según nos relata su cuidadora, lo han “bautizado” con el nombre de “Oliverio”, pues es macho. Su alimento es la chala y alfalfa. “Oliverio” estaba recostado sobre sus patas, como tomando un descanso, ya había comido lo suficiente y había observado todo, ahora era la hora de la siesta, eran como las 3 p.m.
Siguiendo este circuito de visita a la granja y vivero Los Olivos, correspondía el ingreso al espacio de crianza y alimentación de los conejos. Es como una habitación de material noble que tiene el ingreso, el mismo que puede funcionar como salida en una pared lateral de ese espacio, al lado opuesto de esta habitación hay similar puerta de ingreso, el que puede funcionar como salida para este espacio. Los conejos están distribuidos y habitan en jaulas, serán como 20 jaulas construidas sus estructuras de madera y sus paredes hechas de malla metálica. En cada jaula hay seis, cinco, cuatro conejos, quienes miran de reojo a sus criadores y público visitante, tienen su panca de maíz y su recipiente de agua para su alimentación; los hay de pelaje blanco, gris, plomo, negro, beige, con manchas, los hay grandes y desarrollados, pequeños y medianos.
Al lado de la habitación de los conejos se ha dispuesto el espacio para la crianza y alimentación de los cuyes. La habitación es similar a la de los conejos, hecha de material noble, tiene sus ventanas amplias en las paredes para el ingreso de luz. Apenas se ingresa a este espacio, los cuyes dan la bienvenida a los visitantes con su peculiar ruido, son huidizos y tímidos, hay bastantes cuyes en cada jaula, algunos son pequeños, algunos ya grandes; ellos se alimentan de la alfalfa distribuida en cada jaula, a lo que se agrega un pequeño recipiente de agua. Son como 20 jaulas de cuyes instaladas en este espacio habitación, en cuyo extremo se ha apilado la alfalfa en mediana cantidad.
Y como para culminar esta visita a la granja y vivero Los Olivos, hay dos paradas más para apreciar y conocer: el establo de las ovejas y el de las cabras. Las ovejas están en un espacio de aproximadamente 16 m2, delimitado su establo por palos de madera a semejanza de una reja, techado el ambiente con grandes hojas de palma para techos, son tres ovejas que están bien reconfortadas con su pelaje, tienen para su alimentación la chala al igual que el becerro y su pocillo de agua, las ovejas estaban muy tranquilas y atentas a las miradas de los visitantes. Al lado contiguo está el establo de las cabras, solo hay dos cabras, las cuales son muy peculiares, aparte de sus característicos cachos tienen sus orejas muy grandes, las que ya cuelgan como aretes colgantes, ellas estaban acurrucadas una junto a la otra, con algo de pereza en esa fría tarde de julio.
Con la satisfacción de haber disfrutado una tarde de encuentro con algo de naturaleza y medioambiente rural, público visitante y anfitriones nos sentimos reconfortados por las lecciones que aprendimos: a veces lo sencillo y básico de la naturaleza es suficiente para deleitarse y disfrutar el don de vivir.